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Conoce Mayo en Lasaosa

El mes de mayo viste de verdes, blancos y amarillos los montes y prados de Lasaosa, en el valle de la Guarguera. Las esperadas lluvias han hecho que las plantas anuales crezcan vigorosas, los arbustos tengan una abundante floración y que el bosque luzca espléndido y frondoso.

Las herbáceas primaverales salpican de gamas de azules, rojos  y morados las praderas y claros del bosque. Destacan varias especies de orquideas (Oprhys spp. y Orchis spp.), que pueden observarse con facilidad en los paseos por los alrededores del pueblo, en incluso creciendo en sus calles sin pavimentar.

Arbustos como la aliaga (Genista scorpius), de flores amarillas, y las blancas del endrino (Prunus spinosa) y el espino albar (Crataegus monogyna) -aquí conocido como arto-, tiñen de color  los claros forestales, lindes de cultivos y las orillas de los prados.

Los bosques de quejigo (Quercus gr. subpyrenaica), roble característico del Prepirineo central que conforma un complejo grupo híbrido, tienen ya crecidas sus nuevas hojas, de un verde vivo que se irá oscureciendo conforme avance la primavera. Sus copas contrastan con las más oscuras de los pinos royos (Pinus sylvestris), y con el suelo con tintes rojizos donde quedan a la vista vetas rocosas de conglomerados y depósitos aluviales de los ríos que drenaron el Pirineo tras las glaciaciónes.

Mariposas y abejorros empiezan a abundar visitando los manzanos, perales, membrilleros, cerezos y ciruelos que crecen en el pueblo y sus alrededores, ahora en plena floración. Entre las mariposas son comunes este año las bonitas olmeras (Nymphalis polychloros) que, terminada su  hibernación, planean por todas partes para alimentarse de néctar y completar su largo ciclo poniendo huevos en las hojas nuevas de los olmos. Junto a ellas vuela la primera generación del podalirio meridional (Iphiclides feisthamelii), espléndida especie también abundante este año debido a un invierno templado, favorable para la supervivencia de sus crisálidas.

Mariposa Podalirio meridional

De noche aparecen otros dos magníficos lepidópteros: el más grande de Europa, el grán pavón (Saturnia piry), y la preciosa mariposa isabelina (Actias isabelae), de alas verde esmeralda  surcadas de líneas rojizas, también de gran envergadura, con machos que ostentan largas colas en sus alas posteriores y unas grandes antenas plumosas. Un insecto que parece sacado de una vidriera de Gaudí digno de ser observado.

Mariposa isabelina

Rapaces como las águilas reales (Aquila chrysaetos), culebreras (Circaetus gallicus), calzadas (Hieraetus pennatus) y con suerte la rara y casi extinta perdicera (Hieraetus fasciatus), además de gavilanes (Accipiter nisus) y azores (Accipiter gentilis), todas en plena época reproductora, sobrevuelan casi a diario durante mayo los montes de Lasaosa y su boscosa sierra -Lupera-, dejando escuchar de tanto en tanto el eco de sus silbidos. Se pueden observar igualmente milanos reales (Milvus milvus), buitres leonados (Gyps fulvus) y algúna pareja de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y alimoches (Neophron percnopterus), que recorren en esta època los cielos del valle buscando restos de ganado ovino en los cercanos núcleos de Molino Villobas, Arraso y Castiello de Guarga. Y tras la temprada de caza, también otean carroñas de jabalíes (Sus scrofa) y corzos (Capreolus capreolus), que ahora se dejan ver al amanecer pastando  tranquilamente con sus crías en los prados que rodean el pueblo.

Azor

El único sonido que escuchará el visitante a lo largo del día será el de grillos, cigarras y, sobre todo, el de las innumerables especies de aves que viven dentro y alrededor de Lasaosa. Desde golondrinas (Hirundo rustica) y cucos (Cuculus canorus), hasta jilgueros (Carduelis carduelis), abubillas (Upupa epops), bellas oropéndolas (Oriolus oriolus) o los ágiles reyezuelos listados (Regulus ignicapillus) y carboneros (Parus major). Las noches de mayo son amenizadas por el virtuoso canto del ruiseñor (Luscinia megarhynchus), el ulular de rapaces como el autillo (Otus scops) y por la misteriosa llamada del chotacabras gris (Caprimulgus europaeus), gran ave nocurna cazadora de insectos voladores de vuelo silencioso, ahora recién aterrizada desde sus cuarteles de hibernación en las sabanas africanas. Lasaosa es para ellas otro paraiso con la llegada del esplendor de la primavera.

Chotacabras gris

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